La depresión que antes solo se diagnosticaba en personas adultas, está cada día haciendo sufrir también a los niños. La depresión infantil, puede surgir a causa de cambios importantes y estrés, como resultado de la pérdida de los padres, un divorcio, o problemas familiares, etc. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida o que tienen desórdenes de la atención o de la conducta, o discapacidades en el aprendizaje, o aún problemas de salud mental, corren mayor riesgo de sufrir depresión.
¿Mi hijo tiene depresión?
No hay que apresurarse a sacar conclusiones. Padres y profesores han de estar atentos cuando algún niño presente alguna de las siguientes características:
- Está continuamente triste, llorando con más facilidad.
- Pierde el interés por los juegos preferidos y por la escuela.
- Se aleja de sus amigos y de la familia.
- Presenta una comunicación pobre.
- Se aburre y se cansa con facilidad.
- Presenta menos energía o concentración.
- Se queda irritable o demasiado sensible frente a pequeñas frustraciones, montando rabietas o berrinches con más facilidad.
- Se le nota extremadamente sensible hacia el rechazo y el fracaso.
- Expresa baja autoestima, depreciándose a él mismo.
- Elige "finales tristes" para sus cuentos y representaciones.
- Se comporta de una manera agresiva.
- Se queja constantemente de dolores tales como de cabeza o de estómago.
- Duerme demasiado o muy poco.
- Come demasiado o muy poco.
- Sufre una regresión, hablando como un bebé u orinándose en la cama.
- Habla de suicidio.
- Habla de escaparse de la casa.
¿Qué se puede hacer en esos casos?
No ignore los síntomas de depresión. Dé más atención de lo normal a su hijo. Juegue con él y así le será más fácil hablar sobre sus problemas.
Establezca y mantenga las rutinas. El niño necesita sentirse arropado por una disciplina. Se sienten colaboradores y partícipes cuando se establece un horario para cada actividad.
Esté atento por si el niño tiene estrés. Es necesario reevaluar el calendario diario de actividades del niño. Pregúntese si tu hijo no está haciendo demasiadas cosas. Puede que el niño se siente cansado y estresado.
Busque tratamiento médico en el caso de que su hijo empiece a aislarse, comportarse mal, o a hacer comentarios negativos sobre él mismo. Tendrá que confiar en su instinto. Si ve que su niño ha sobrepasado el límite de la normalidad, busque ayuda y apoyo médico. El diagnóstico y tratamiento temprano de la depresión son esenciales para los niños deprimidos. Comente el caso con el pediatra.
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